La mayoría de las veces, cuando nos precipitamos a resolver problemas y a realizar una mejora percibida tras otra, el equipo, la división y/o la empresa sencillamente no están preparados. El equipo no ha parado su producción para que usted haga un cambio. Todavía tienen trabajo que hacer, normalmente mucho, y están atrasados. Además, lo más probable es que la cultura que rodea al equipo sea tal que no puedan pivotar rápidamente o absorber nuevas ideas en rápida sucesión. La mayoría de los equipos necesitan tiempo para comprender y experimentar por qué les ayudarán los cambios propuestos en su forma de trabajar.
Puede elaborar un plan incremental ideal para ayudar a la adopción de prácticas clave, crear el equipo de campeones del cambio y asegurarse de que están plenamente capacitados para ayudar con el cambio. En el entusiasmo por ver el progreso, hacer marchar al equipo a través de la educación, la experiencia y la adopción de múltiples prácticas dará lugar a equipos abrumados y frustrados que, al final, volverán a lo que conocen. El hermoso sueño se convertirá en una pesadilla, todo gracias a la impaciencia y el empuje.
Mis propias experiencias personales de este tipo me llevaron a crear el siguiente cartel "inspirador":
El agua es poderosa. Tiene la capacidad de excavar cañones profundos y hermosos en roca sólida. Pero he aquí la cuestión: se trata de un proceso que lleva mucho tiempo, y si nos fijáramos en la dirección de un río antes del nacimiento del cañón, los resultados años después no coincidirían con las expectativas.
Sí, el resultado de un cañón estaría ahí, pero la forma en que se cortó, los giros y vueltas, y la dirección resultante pueden ser completamente diferentes. Al igual que el agua esculpe un cañón, el cambio y la transformación requieren tiempo y dedicación, especialmente cuando se trata de un cambio cultural y de comportamiento. Puede que el proceso de transformación no se produzca en el momento que usted espera, o incluso durante su mandato como coach, pero cuando se avanza de forma acompasada e intencionada, el cambio siempre llegará.
¿Por dónde empezar?
En primer lugar, comprenda a su público y sus necesidades. Tómese su tiempo para entrevistar a los miembros del equipo, los líderes y las partes interesadas para conocer sus puntos débiles, así como el camino que han seguido para llegar a donde están. Mientras esté en el proceso de comprensión, ni se le ocurra pensar en el cambio. Muchas de las personas con las que se entrevistará han visto fracasar intentos de cambio y han vuelto a lo ya probado. Otras nunca han intentado cambiar lo que les han enseñado a hacer. Y otras pueden tener un miedo saludable al cambio. Dedique tiempo a conocer la corriente del río y busque oportunidades para empezar a desgastar la roca.
La cultura es una de las cosas más difíciles de cambiar. Los sistemas de creencias lo son aún más. Invertir en las personas con las que trabajas y comprender cómo y por qué trabajan de la manera en que lo hacen contribuirá en gran medida a desgastar la roca. Los actos de confianza son como pequeñas grietas que se erosionan y ensanchan más rápido que la superficie. Camina una milla con ellos y gánate esa confianza que contribuirá en gran medida a lograr el cambio necesario.
La paciencia es tu amiga, pero también lo son la persistencia y la intención. A menos que se detenga el agua, siempre seguirá abriéndose camino dentro y a través de la roca. Si se detiene, el agua seguirá trabajando y encontrando su camino alrededor de la obstrucción. Cuando elabore su plan para el equipo, asegúrese de que los resultados son claros, de cómo medirlos y de cuánto cambio es suficiente. Esto le permitirá mostrar cómo el equipo puede avanzar por el camino hacia "mejor".
No siempre sabemos cómo llegar al objetivo final, pero conocemos la dirección y lo que nos espera. Mientras persiste en su plan para los próximos pasos, deje que las viejas formas se erosionen y se transformen en otras nuevas que se alineen con las formas de aportar valor de los equipos. Si nos encontramos con bloqueos y retos, busquemos formas innovadoras de continuar el plan. El origen del equipo determinará su destino. Las nuevas prácticas y hábitos sustituirán gradualmente a los antiguos y permitirán una forma más eficiente y eficaz de alcanzar los objetivos.
Los hábitos irán sustituyendo gradualmente a los antiguos y permitirán una forma más eficiente y eficaz de alcanzar los objetivos.
Desde un punto de vista práctico, hay formas de iniciar este proceso mientras esperas a que aparezcan las fisuras y grietas:
Haga visible el trabajo. Un equipo que puede ver lo que está haciendo puede ver cómo trabajar mejor juntos.
Haga que el trabajo sea mensurable de forma práctica y habilitadora. El dicho "no se puede cambiar lo que no se mide" sigue siendo válido.
Haga que el equipo hable del trabajo en equipo identificando cómo trabajan juntos y cómo aportan valor.
Cambie el enfoque del "yo" al "nosotros". Cree un acuerdo de trabajo. Hable de objetivos en lugar de hacer el trabajo.
Desafíe al equipo a identificar a sus clientes, el valor que necesitan y por qué lo necesitan.
Resolver problemas con el equipo para aprender su dinámica de equipo.
Una cosa a tener en cuenta es que ninguna de las sugerencias anteriores tiene nada que ver con cambios en los procesos, sino más bien con la cultura en torno a cómo trabaja el equipo. Al aplicarlas, se introducirán pequeños cambios graduales que conducirán a mayores logros y a la apertura al cambio. En cuanto al proceso:
Inicie una sencilla reunión diaria. Hable de los objetivos del equipo para el día y de cómo están progresando.
Trabaja con el equipo para dividir el trabajo en unidades de valor más pequeñas, medibles y entregables.
Inicie una cadencia de planificación para animar al equipo a construir un backlog sostenible, así como a anticiparse a lo que está por venir.
Ayude al equipo a identificar formas sencillas de acelerar la entrega mediante prácticas DevOps.
Ejecutar un retro incipiente para introducir técnicas que permitan identificar áreas de mejora.
Ayude a aportar valor como miembro del equipo. No sea un entrenador externo.
Nada de esto es innovador, difícil o incluso emocionante, pero empezará a construir la confianza que se necesita desesperadamente cuando empieces a introducir cambios más significativos y a cortar más profundo en la roca.
Aunque lo que se describe aquí es un proceso lento, recuerda que, a medida que el agua desgasta la roca, a veces pueden desprenderse grandes trozos de roca y acelerar el tallado del cañón. A medida que el equipo empiece a reconocer dónde puede mejorar y aprenda a iniciar su propio proceso de cambio, la transformación se acelerará. Además, no mire sólo hacia delante, hacia el próximo cambio, sino asegúrese de que puede ver hacia atrás. Un cambio lento puede parecer que no hay cambio a menos que puedas reflexionar sobre dónde empezaste y el camino recorrido hasta llegar a donde estás ahora.
Al final, mediante pequeños cambios incrementales, el equipo llegará a donde tiene que estar para aportar valor de forma eficiente y eficaz. El mismo resultado objetivo identificado al principio, pero a lo largo de un viaje que no siguió el camino que pensabas. Sé el agua.
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