A primera vista, esta actividad parece bastante sencilla, pero como cabe imaginar en la práctica es mucho más difícil. Nos bombardean constantemente con información, notificaciones y elementos diseñados para hackear nuestro cerebro y provocar una reacción inmediata y refleja.
Las redes sociales nos invitan a crear reacciones instantáneas y a emitir juicios sobre todos los temas, complejos o simples, en términos inmediatos para que podamos obtener esa dulce inyección de dopamina sabiendo que el "mundo" sabe cuál es nuestra postura sobre el asunto en cuestión. En la carrera diaria de este juicio reactivo e instantáneo, se nos anima activamente a NO escuchar. No es de extrañar que para convertirnos en líderes conscientes debamos practicar la toma de conciencia y desarrollar nuestra capacidad de escuchar conscientemente.
Al explorar La velocidad de la confianza, no es de extrañar que escuchar se presente como un componente crítico para generar confianza con quienes nos rodean. En este contexto, el arte de escuchar se presenta como el concepto de Escuchar Primero. En la aplicación, Escuchar Primero se despliega para fermentar una serie de elementos simultáneamente.
En primer lugar, y quizá el más importante, cuando tenemos la mentalidad de "escuchar primero", permitimos que los demás se sientan escuchados y valorados. Puede que no estemos de acuerdo con lo que dicen, ni tenemos por qué estarlo. Sin embargo, es importante crear el espacio y el lugar para que las personas se expresen abiertamente, con honestidad y sin juzgar.
El segundo beneficio que obtenemos al escuchar primero es una comprensión más detallada de la situación que se está discutiendo. A menudo tenemos una noción predispuesta de lo que ha ocurrido o una comprensión general, pero no somos conscientes de los matices o de la verdadera historia de cómo hemos llegado al momento presente. Al escuchar primero, nos damos a nosotros mismos la mejor oportunidad de llegar a la verdad, o al menos lo más cerca que podemos estar de ella, lo que nos permite trazar con mayor precisión un resultado positivo a medida que avanzamos.
Por último, escuchar primero genera confianza con quienes nos rodean. Al permitir que los demás se expresen cómodamente mientras nosotros simplemente escuchamos, podemos crear una conexión más profunda con quienes nos rodean e inspirar a otros a hacer lo mismo. Esto crea un círculo virtuoso en el que los líderes emergentes observan estos comportamientos, ya sea conscientemente con el desarrollo o subconscientemente a medida que son moldeados por su entorno, construirán confianza con los que les rodean.
Al reflexionar sobre el concepto de "escuchar primero", no se me escapa que parece sencillo, pero en la práctica es DIFÍCIL. Estamos constantemente presionados por el tiempo, nuestro recurso más escaso, empujados en múltiples direcciones con múltiples prioridades que compiten por la atención y la primacía. Es muy poco probable que, a pesar de los beneficios de aplicar la mentalidad de "Escuchar primero", podamos funcionar en este estado todo el tiempo.
Por lo tanto, es imperativo que desarrollemos nuestra conciencia situacional para entender cómo y cuándo necesitamos desplegar este comportamiento increíblemente eficaz para crear confianza. Cuando hayamos decidido emplear Escuchar Primero, he aquí un par de técnicas que pueden conducir a mejores resultados:
Escuchar sin juzgar - Buscar la comprensión, no el juicio
Escuchar sin prepararse para responder: cuando se está en el modo "Escuchar primero", la respuesta debe consistir en hacer preguntas aclaratorias o confirmar lo que se ha entendido.
Escuchar con neutralidad - Puede ser tentador estar de acuerdo o en desacuerdo, debemos moderar esa reacción.
Para mí, escuchar primero es una forma muy importante de generar confianza, porque me ayuda con muchos otros comportamientos de confianza que intento mantener en primer plano. Cuando escucho primero, siento que me ayuda a extender la confianza al permitir que la persona sea escuchada y sea consciente de que creo que tiene algo valioso que aportar.
Me ayuda a demostrar respeto, ya que no sólo capto sus palabras, sino todas las pistas del lenguaje corporal que realmente facilitan una comunicación eficaz. Me ayuda a demostrar respeto en el sentido de que valoro a la persona y estoy dispuesto a crear el espacio para que sea escuchada y comprendida. También me ayuda a crear transparencia, y a hablar claro o corregir errores, según sea necesario, porque si realmente puedo entender, me permitirá calibrar mi respuesta.
Si bien es posible que todas estas cosas no se apliquen en todas las situaciones, al aplicarlas puedo dirigir más fácilmente mi atención hacia un enfoque más orientado a los resultados que me lleve directamente a obtener resultados.
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